¡Señor, Dame Paciencia!

Senor, dame paciencia

¿Sabías que la paciencia no tiene nada que ver con la palabra “paz”? Muchas personas tienen a confundir la expresión “Señor dame paciencia”, pues creen que esta es una forma de pedirle a Dios que les dé paz ante cualquier situación. Mas lamento decirte que si eres de los que tiende a usar esta frase estás propenso a recibir lo contrario a lo que esperas. Para ahondar sobre este tema definiremos los términos:

  • Paciencia: es la capacidad de sufrir y tolerar desgracias, adversidades, cosas molestas u ofensivas, sin quejarse ni rebelarse. También significa calma o tranquilidad para esperar.
  • Paciente: Es una persona que tiene paciencia. O una situación que implica o denota paciencia.

Lo que quiere decir que, suplicar paciencia a Dios no significa que se nos va a conceder la paz que da la felicidad. Si no que vamos a hallar calma en medio de las adversidades, esto es porque primero vamos a tener que soportar pruebas, superar obstáculos y sufrir agravios.

A Dios no se le pide paciencia

En la Biblia no aparece que Jesús haya implorado paciencia a Dios cuando paso por todos aquellos atropellos injustificados que le causaron. Sino que, en vista que no podía cambiar su situación decidió encomendarse a su Padre y dejar que se hiciera su voluntad.

Una vez alguien me escucho exclamar: “Señor, dame paciencia”, y me dijo: “A Dios no se le pide paciencia”. Por mucho tiempo no entendí este consejo que en su momento lo tomé como un llamado de atención. Más ahora puedo saber que la intención de aquella persona era librarme de cualquier condena que aquel dicho me pudiera acarrear.

No pidas paciencia, pide algo mejor

Cualquier tipo de sufrimiento te puede hacer sentir condenado, por lo cual, la paz en la que anhelas vivir se vuelve fugaz y efímera. Por eso, lo más conveniente a la hora de pedir a Dios es que se haga su voluntad para que tengas tranquilidad en medio de las luchas que debes afrontar debido a la imprudencia que muchas veces producen nuestras palabras y acciones sin darnos cuenta.

Son muchas las frases que utilizamos en nuestra vida cotidiana sin saber qué tipo de presagio estamos invocando inconscientemente. Aunque sepamos que debemos ser pacientes ante las circunstancias de la vida, lo mejor es que nos dediquemos a tener paciencia y esperar que se haga Su voluntad.

 

Si crees en Dios, confía

Creer en Dios implica tener una permanente confianza en Él, lo que quiere decir que podemos estar plenamente seguros de que, si cambiamos nuestra forma de pedir y decir las cosas conseguiremos la paz que queremos alcanzar. Si bien esto puede sonar irreal, pues la vida no termina de hacernos pasar por cosas duras, quitando de nuestra boca las palabras equivocadas se pueden romper las ataduras.

La muerte y la vida están en poder de la lengua,

Y el que la ama comerá de sus frutos (Proverbios 18:21).

 

Por eso, es mejor que nuestra mirada esté puesta en el Señor para que en medio de la aflicción no nos condene la expresión: “Señor, dame paciencia”, para después presentar quejas delante de Jesucristo que al morir no soltó grito, sino un suspiro de dolor que lo llevó a redención por darnos el perdón para gozar de bendición.

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