Cuando se quieren alcanzar metas, sueños o simplemente llegar al éxito, mantenemos un espíritu firme que nos motiva a luchar por nuestro objetivo. Sin embargo, surgen situaciones que afectan las emociones de forma negativa y despiertan nuestras inseguridades, por eso te invitamos a vencer tus miedos.
¿Por qué sentimos miedo? Generalmente, este es asociado al fracaso y es eso lo que nos hace mantener una conducta inerte, ante retos que se presentan a lo largo de la vida. Más es importante saber que es posible dominarlo.
Para hacer las cosas no solo hay que tener visión y constancia, también hay que tener fe, así como Moisés cuando saco al pueblo de Israel de Egipto que, aun cuando la incertidumbre le invadía mantuvo su confianza.
Es por eso que, si te sientes angustiado por algo, es bueno que tomes la decisión, dejes a un lado todo aquello que te perturba y empieces a buscar esa seguridad, que te llevará a tu objetivo.
¡El miedo puede paralizarte, frénalo!
Sabemos de lo que somos capaces, sólo nosotros podemos limitarnos. Cuando nos conocemos a sí mismos, tenemos el control de nuestro ser y, es de esta manera que vamos a poder rebasar todas esas barreras que se nos presentan.
No estás sólo, Dios es tu ayudador. Aunque no le veamos, él está presente en cada paso que damos, es por su gracia infinita que nos levantamos cada mañana y podemos disfrutar de cada una de sus bondades, incluso de esos desafíos que a veces quieren desconcentrarnos de nuestro objetivo real. Es por eso, que te invito a explorar tu yo interior y eliminar todo eso que te debilita.
Si puedes creer que hay un Dios que todo lo puede y que nunca te desamparara, podrás enfocarte en ti y en lo que puedes llegar a hacer, tan solo valórate y arriésgate, recuerda que hasta los más grandes personajes de la historia tuvieron obstáculos ¡Vence el miedo!
Tienes el poder de cambiar las cosas y más las que están dentro de ti, es hora de que te enfoques y tomes el control. No permitas que tu mente te domine a causa de tus emociones, ábrele paso al positivismo y haz que tu autoestima florezca, sé eso que esperas y no lo que otros quieren que seas.
Si somos lo suficientemente creyentes de las promesas de Dios para con nosotros, nuestro ánimo cobrará las fuerzas que necesita el alma para vivificar la fe, así como lo declara el libro de los salmos, “Jehová te guardará de todo mal; él guardará tu alma” (salmos 121). La clave está en tomar las riendas de nuestra vida, concentrarnos en lo que nos dé seguridad y confianza, lo cual se puede lograr buscando y esperando en Dios.
Las circunstancias son pasajeras ¡Mantén la esperanza!
Hay momentos en los que queremos saltar todos los muros y lograr lo que nos proponemos, sin embargo, las inseguridades que creamos en nuestra mente, pueden llegar a desviarnos e incluso a desistir de ello. Más eres tú quien tiene el control, enfócate y cree en tu capacidad para hacer las cosas, toma tus propias decisiones y fortalece tu camino.
Recuerda que lo que hagas hoy definirá tu futuro. Toma el tiempo que necesites para conocerte, reflexionar y enfrentar las situaciones que estás viviendo, ello te permitirá sacar lo mejor de ti, solo así mantendrás el equilibrio.
Nunca es tarde para refrescar el ánimo, cambia de ambiente, sal a caminar, viaja, retoma los encuentros con familiares y amigos, has cosas que fortalezcan tus sentimientos. Medita en ti a través de esta reflexión, confía en la oración y reanuda tu relación con aquel que todo lo puede y no añade tristezas.